Te.

Me acosté con ganas de despertarme en tus ojos.
Con ganas de esconderme en tus dedos, en la palma de tus manos.
Con ansias de meterme dentro de tu boca, de tomar tu lengua y llevármela de recuerdo.
Soñé con ganas respirar tu cuello y no exhalarlo nunca más.
Con el vil deseo de alimentarme de vos, de saciar el vacío de mi alma y llenar cada uno de tus suspiros que llevan mi nombre.
De escuchar tu amor viajando por mi oído, tu deseo besándome y tu respiración fusionándose con la mía.
Me desperté oyendo las notas de un piano que me enamoraron y las cuerdas de una guitarra que me estremecieron.
Sintiendo cómo tu recuerdo se deshacía en mi boca como chocolate.
Cómo la imaginación de tus manos me abrazaba bajo la lluvia.
Cómo tu aliento se asemejaba al té con canela...a la dulce tentación de tenerte sólo para mí.

Te miré.
Me miraste.
Te sonreí e hiciste lo mismo.
Entonces me di cuenta que esa mirada color miel no era como cualquier otra.

"Era de amar".

Te ame.
Me amaste.